domingo, 23 de marzo de 2014

--- Inaudito,inverosímil e impropio ---

 CAPITULO 1: Ni harto vino.
 ¿ Con lo que monté antes de ayer con los culeones y las jabatorañas ardientes os acordáis que me metí en un cohete hacia la luna ? Pues aquí ya me tratan como la mascota de la nave. Ya nos hemos hecho tan amigos que hoy mismo vamos a una misión en Mercurio. Han inventado un cachilugio que enfría o calienta la atmósfera de un planeta hasta los 1000º. Lo van a estrenar hoy con Mercurio y voy con ellos. ¡ Si llego a saber que es el planeta natal de los culeones y las jabatorañas ardientes no iba ni harto vino !
 
 CAPÍTULO 2: Culeones, jabatorañas ardientes y otras rarezas.
 Lo que vi me hizo "juiciarme" encima del susto. Si, ya me enteré de que eso era monstruolandia. Un consejo: nunca viajes a Mercurio, ni aunque tengas 13.579 misiles nucleares. Bueno, con eso tal vez. ¿Por donde iba? Ah, si;nunca,nunca y nunca viajéis a Mercurio. Las jabatorañas eléctricas tienen una vista que la envidiaría el halcón, aparte de unos cuernos que disparan rayos teledirigidos. No nos disparó, pero sí dio la voz de alarma. En esos milisegundos vi un montón de monstruos; pero ninguno tan terrorífico como aquel T-rex con branquias, alas y una armadura de diamante que envidiaría a Steve, de Minecraft.
 CAPÍTULO 3:¿Atmósfera en Mercurio ?
 Si saco algo bueno de esto son dos cosas. Uno; Aunque no lo parezca, Mercurio tiene atmósfera. Dos: Aquel planeta era como en la película de John Carter. Podías dar un salto y aterrizar en la otra cara de tal planeta. Cuando descubrí esto ultimo lo aproveché. Y así empezó una partida de " salta sobre el monstruo " contra mi mismo, porque los otros no aguantaron ni dos segundos con los culeones.
 CAPÍTULO 4: Un milagro ... mas o menos.
 Tres horas y 45.934 saltos después, solo quedaba el T-rex. Saltos contra mordiscos, presa contra el derpredador, cuchara contra el tenedor... Y empezó la pelea. Yo era ágil, pero el T-rex era veloz. Dos horas después, me arrinconó. Estaba perdido. Y de repente ... ¡Milagro,milagro! La atmósfera que hacía Mercurio habitable se redujo mas y mas... hasta que solo cabía yo. del T-rex solo quedó la armadura, ya que el dinosaurio se quemó. Como recordatorio de aquella pelea, me llevé un cacho de el diamante de su armadura.Luego, con todas mis fuerzas, pegué otro bote con el que llegué a casa. Me dijeron que los echaron con la hoja de los aumentos de salmonella en el país. Os dejo: tanta aventura me ha dejado hecho cisco.

Nos vemos en mi próximo artículo.


Toni de Frutos Acosta.

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